La noche donde llegas

La noche donde llegas resplandece,
mi pecho otrora hueco se convierte
en guitarra, cuya nota subvierte
y tal como recuerdo, permanece.

Besé tus hombros de sol salpicados
con la furtiva oscuridad de abrigo,
todo te aleja, me roba, litigo
al tiempo y los minutos, sus soldados.

Sé bien que de añoranza no se vive,
ni del deseo, ni de la idolatría,
mas no hay preso más libre que el que escribe.

La inconclusión me trajo este desvelo,
si pudiera soñar empezaría
contigo, con tu rostro y con el cielo.

CDMX Agosto 28, 2021

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