En la noche brindamos por el día
llevando la embriaguez a la almohada,
siete copas de vida imaginada,
ignorando que el sueño empezaría
a mecerse en un columpio suicida
de pabilo junto al acantilado,
el sopor de las copas me ha sedado
y me abandono al sueño y la caída.
Ícaro viene por mí, me levanta,
la espiral del vértigo me despierta,
y alcanzo a ver en la ventana abierta
un ave que me mira y que trasplanta
mi realidad al sueño y extrañada,
ébria te ve, desnuda y desmayada.
II
Gracias ave nocturna pienso y luego
emprende el vuelo en la noche estrellada,
ignoro si la aventura soñada
tuvo que ver con el hielo o el fuego
de tu cuerpo venido de tan lejos
que no me pertenece, sin embargo
buscas en la ebriedad y su letargo
resucitar esos tiempos añejos.
Pero tú no la viste, en tu desmayo
el sueño es pasional y placentero
donde tu boca con mis besos callo.
Fui salvado en mi sueño y estoy vivo,
pese a caer por el desfiladero
soy de la vida y muerte fugitivo.
Mayo 21, 2021