El frío me despierta, empieza
el vértigo, me sacude.
Es el vacío que acude,
algo falta en mi, una pieza.
No me importa el año nuevo,
me importa lo que no tengo,
no si voy y no si vengo,
solo no tener relevo.
Frío agudo, frío ciego,
todo lo que yo he perdido,
mi calma y fe, mi sosiego
fue cuestión… cuestión de suerte
y por demás merecido.
Luego, la mañana inerte.
II
Un vagar de soledad
solitarios, soledades
y huérfanos y orfandades
y su marginalidad
En mi mano una moneda
para todo insuficiente
dejo a otro ser ferviente
que despertó en la alameda
recibo las bendiciones
pero bajo la cabeza
sumergido en mis visiones
perdido está lo perdido
de pobres es la pobreza
y de Dios los maldecidos.
Eduardo Romero Camacho

Enero 3, 2012
Nota: (Enero 22, 2020) Estos versos son los que han dado nombre a este blog, me pareció correcto iniciarlo con ellos, han pasado 8 años desde que los escribí y los siento más vigentes ahora.